jueves, 7 de agosto de 2008

El mítico país de Higadolandia



Hubo en un tiempo ya pasado, algunos seres humanos que desearon que la humanidad fuese un espacio de tolerancia y libertad de pensamiento, en el que las ideas se podrían discutir sin problemas y que las decisiones se tomaran por el peso de la razón, en el que la opinión de cualquiera tendría el mismo peso sin importar su origen, su riqueza o su posición social.


Bueno, esos eran los ideales de los antiguos griegos y de los idealistas romanos (inventores de la política), y de algunos padres fundadores de países modernos en vías de la democracia.


La idea democrática se vierte a la realidad en una especie de marco normativo o escenario formal en algunas regiones en las que existen parlamentos, cámaras de representantes, y otros mecanismos para que las decisiones sean tomadas en concenso, con la representación de la voz del pueblo o al menos la de los ciudadanos. Se supone que en estos ejercicios democráticos nadie es superior a nadie, y que sólo la fundamentación racional, basada en evidencias comprobables, podría dar validez a una propuesta.


La realidad observada es un tanto diferente, pues aunque estas instituciones existen en países como México, su uso para lograr una verdadera democracia no se aprovecha por los ciudadanos. La principal razón para ésto es que aun no podemos ser tolerantes con nuestros semejantes.


Pero esta no era una entrada política, sino más bien filosófica y hasta humorística, así que vayamos al grano. En este espacio se promueve el uso de la razón, del pensamiento crítico y del escepticismo como herramientas para construir un contrapeso a la intolerancia, al dogmatismo y a otras características que se oponen a la búsqueda de evidencias sobre la realidad en la que vivimos, y que de paso estorban a los ideales democráticos e igualitarios que (según mi particular punto de vista) deberían prevalecer en el siglo XXI.


Me han invitado un buen número de veces a participar en foros de yahoo en los que los temas principales son ovnis, parapsicología, extraterrestres, pseudociencias y otros temas que se relacionan. En todas las veces en las que he aceptado participar en estros grupos he advertido a los foristas (incluidos los administradores y moderadores de estos grupos) acerca de mi escepticismo. Aún así han aceptado (en principio) el intercambio de opiniones (mías y de otros foristas sobre las mías).


No ha faltado quien se sienta extremadamente agredido por mis eternas dudas y cuestionamientos, no obstante que siempre soy muy cuidadoso en la forma en la que me expreso, con educación y con el mejor español del que soy capaz de escribir. No puedo decir que siempre soy respetuoso cuando opino, porque aunque siempre soy respetuoso con las personas no siempre lo soy con las ideas expresadas por otros. Algunas de estas personas incluso han optado por enviarme ofensas personales (a veces en público, a veces en privado).


Las más de las veces estas personas basan sus ataques en falsas premisas, como las siguientes:



  • Pretendo convencer a los demás de "mi verdad" (al puro estilo de Niurka).

  • No entiendo nada.

  • Padezco frustración extrema que me hace dudar de todas las cosas.

  • Siempre estoy pescando incautos para alegar y demostrar mis importantes conocimientos "científicos".

  • Soy un ladrón y psicópata como todos los chilangos.

Ante estas agresiones personales he optado por inventar una especie de zona de protección diseñada para albergar a todos aquellos que no toleran a los demás, para quienes no debiera haber más que UNA SOLA forma de pensar. Me refiero, por supuesto, al mítico país de Higadolandia, en el que la ciudadanía se otorga por méritos. A Higadolandia mando a estos agresores, claro, siempre de forma educada.


¿Qué méritos se necesitan para pertenecer a este país? He expresado que algunos de los requisitos o méritos para obtener la nacionalidad de "Higadolandés" (y su respectivo pasaporte con validez internacional) son:



  1. No toleres a los que no piensan como tú, a los que no visten como tú, a los que viven en otra ciudad, en otro país, a los que tienen otra religión (o ninguna), a los que no tienen el color de piel como el tuyo.

  2. Califícalos como sicópatas, satánicos, enfermos mentales o narcisitas patológicos.

  3. Catalógalos según su lugar de nacimiento (al estilo de "todos los chilangos son unos groseros y fantoches") de acuerdo con las peores características imaginables.

  4. Encabrónate si la realidad no se tuerce según tus caprichos. Obliga a los que no son como tú a creer en tu versión de la realidad.

  5. Culpa a los que no son como tú de todo aquello que no puedes cambiar de tu vida, del mundo o del universo.

  6. Quéjate de todo y de todos, especialmente de aquéllos que no comulgan con tus ideas, con tu religión, con tus creencias. Acúsalos con tus amigos y con tus enemigos, pide su expulsión de los espacios que han tenido la desfachatez de querer compartir contigo.
¿Conoces a alguien que cumpla con estos requisitos? Invítalo a poner su solicitud en  http://ahuramazdah.typepad.com/higadolandia/ . En este espacio mítico todos piensan igual, no hay diversidad de opiniones, todos sus habitantes son personas perfectas, sin defectos y sin problemas emocionales. Y lo mas importante, en este país no hay cabida a escépticos preguntones, racionalistas redomados ni mucho menos científicos o libre pensadores.

Finalmente el mítico país de Higadolandia es tan etéreo como los tantos y tantos argumentos que se esgrimen para sacar de este mundo a todos los que no pertenecen a esta nacionalidad.

¡Vive sin dogmas!
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Algunas referencias sobre intolerantes:
http://ahuramazdah.typepad.com/mensajes_cortos_y_frases/2008/08/grosero.html
http://ahuramazdah.typepad.com/mensajes_cortos_y_frases/2008/02/rv-otrasintel-2.html
http://ahuramazdah.typepad.com/mensajes_cortos_y_frases/2008/04/kolni-llamando.html

Una entrada en este blog que promueve la tolerancia:
http://ahuramazdah.blogspot.com/2008/03/intolerancia-el-peor-de-los-actuales.html


2 comentarios:

Christian dijo...

Sí, muchas veces la intolerancia da al traste con las buenas ideas e intenciones, como una sociedad justa y racional.

Cuando el irrazonable o el intolerante ven destapadas las inconsistencias en lo que dicen, responden de manera agresiva; y como su ego sufrió un duro revés no sorprende que sea lo primero que usen para contraatacar.

Buena idea lo de "deportar", digo, "promover" a esta gente a un país donde todo mundo es perfecto, ahí su hígado no sufrirá (¿o será que estos tipos son unos "hígados"?)

Por cierto la liga a "Higadolandia" no funciona.

DoN CeSaR dijo...

Muy buen y completo articulo como todos los que haces :).. Gracias Keith Coors por visitar mi blog,mira el dia de la publicacion pense que recibiria mucho mas visitas, pero no estuvo mal, solo por esa entrada recibi 70 visitas adicionales ese dia, nada mal, muchas gracias a ti y siempre y cuando vea articulos de mi interes y el de los mios, te linkeare, los bloggers nos tenemos que ayudar uno a los otros, disculpa que te deje esto aqui ya que no tienes ni chatbox ni otro medio de contacto... Saludos

Recientes ciudadanos de Higadolandia